Estimados amigos, para quienes venimos organizando aquello que se constituirá como el Fondo Documental del Archivo General de la Nación (AGN), es tiempo para efectuar una pausa en las labores encomendadas y recordar, con nostalgia tal vez, la importancia que en el pasado los documentos de archivos en soporte de papel constituía para nuestra comunidad, su trascendencia, su interés casi romántico otorgada por eminentes investigadores, historiadores, arqueólogos y científicos sociales, quienes asiduos a dilucidar, analizar y en largas horas estudiar a nuestro país a través de las páginas amarillas de los diversos fondos documentales que custodia el AGN en sus distintos repositorios , tuvieron a bien defender, interpretar y ser conspicuos lectores y detractores de la sacrificada labor archivística. En ese contexto y con el optimismo que se necesita, hoy, ante la falta de entendimiento entre las autoridades gubernamentales quienes todavía no forjan la cultura archivística como eje estructural de desarrollo, subsistimos con hidalguía y compromiso con el Patrimonio Documental de las entidades.
Desde estas líneas queremos reconocer la figura de excelentes personajes quienes nunca vieron concluida su participación en el desarrollo de la cultura de la Defensa y Salvaguarda del Patrimonio Documental de la Nación, Santiago Távara, Guillermo Durand Flórez, Guillermo Lohmann Villena, entre otros.
Por lo mismo, hoy en día, celebramos con austeridad y discreción, lo logrado, lo aprendido y porque no decirlo la superación de muchos de nuestros errores en la conducción de nuestra entidad, mención aparte de la atención y esfuerzo por brindar la información y testimonio escrito sustentado en documentación para el ciudadano común e instituciones públicas y privadas que así lo requieran. El Archivo Central no es ajeno a estas intenciones por lo cual nos comprometemos para aportar desde nuestras propias expectativas un grano de arena al desarrollo de las políticas institucionales de archivo y su implementación en nuestra entidad.
